Los ángeles son espíritus puros, no tienen cuerpo como nosotros y poseen una enorme inteligencia Uno de ellos se llamaba Luzbel y era particularmente bello e inteligente. Orgulloso por eso, un día se rebeló contra Dios, pegando un grito: ¡No serviré!
Muchos ángeles se unieron a él contra Dios.
Pero el Arcángel San Miguel revoleó su espada y le retrucó a Luzbel: ¡Quien como Dios!
Y una cantidad grande de los ángeles se puso a sus órdenes para enfrentar la revolución.
La batalla fue terrible. Retemblaba el cielo por el ruido que hacían al chocar lanzas, sables y facones.
Venció San Miguel y los suyos, expulsando del Paraíso a Luzbel y a los demás ángeles amotinados, que se transformaron en diablos o demonios.
Luzbel pasó a llamarse Lucifer, Satanás o Mandinga.
Los diablos odian a Dios y están en el infierno, metidos en el fuego, saliendo de allí para tentar a los hombres, impulsándolos a pecar para que no vayan al cielo de donde ellos fueron arrojados.
Objetivo:
Destacar que la misión de los hombres es servir, cumpliendo cada cual la voluntad de Dios a su respecto.
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